Ser Asistente de Formación de Colaboradores en la Misión: Elementos clave para el éxito

Como Asistente de Formación de Colaboradores en la Misión, tu papel tiende un puente entre la misión institucional y los itinerarios vocacionales personales. Tu eficacia depende de actitudes, aptitudes y enfoques específicos de las responsabilidades clave.

Actitudes fundamentales

  • Profunda convicción de que la colaboración es esencial para la misión, no meramente pragmática.
  • Reconocimiento de que el carisma ignaciano puede vivirse auténticamente a través de diferentes vocaciones
  • Apertura a la manera diferente en que el Espíritu actúa en cada persona
  • Apreciación de la complementariedad de las diferentes vocaciones en la misión
  • Paciencia con la naturaleza gradual de los procesos de formación
  • Voluntad de aprender de y con los socios

Competencias esenciales

  • Talleres en los que se fomenta la colaboración en lugar de la enseñanza teórica
  • Capacidad de escucha activa y acompañamiento
  • Capacidad para reconocer y alimentar las vocaciones
  • Coordinación intersectorial y creación de redes
  • Diseño y ejecución del programa
  • Conocimientos básicos de los principios del aprendizaje de adultos
  • Capacidad para moverse dinámicamente entre diferentes sectores apostólicos.

Tareas clave

  • Diseñar y coordinar programas de formación a distintos niveles (desde introductorio hasta avanzado).
  • Apoyar a los Directores de Trabajo en el fomento de la cura personalis y la conciencia de misión.
  • Colaborar con los delegados de los sectores apostólicos para garantizar la coherencia de los planteamientos de formación.
  • Crear oportunidades para el aprendizaje intersectorial y la solidaridad
  • Conservar y contextualizar los recursos de formación
  • Facilitar talleres y experiencias de formación
  • Acompañar a personas y grupos en su itinerario de formación
  • Crear redes entre los socios de la misión
  • Evaluar y adaptar los programas de formación en función de los comentarios recibidos
  • Mantenerse en contacto con otros asistentes de formación para apoyarse mutuamente y aprender.

Su trabajo incluye elementos estratégicos y prácticos. Desde el punto de vista estratégico, ayudas a desarrollar planes de formación integrales que se ajusten a las prioridades provinciales y a las necesidades institucionales. Desde el punto de vista práctico, garantizas una implementación de calidad mediante un cuidadoso diseño del programa, el desarrollo de recursos y el acompañamiento directo.

Construir relaciones

Establecer relaciones es fundamental para su puesto. Trabajará en estrecha colaboración con:

  • Los Directores de Trabajo conocerán las necesidades locales de formación
  • Delegados sectoriales apostólicos para coordinar la formación específica del sector
  • Otros asistentes de formación para compartir recursos y buenas prácticas
  • Los propios socios de la misión para comprender su itinerario de formación
  • Liderazgo provincial para alinear la formación con las prioridades más amplias de la misión

Recuerde que la formación es, en última instancia, transformación: ayudar a las personas a descubrir y profundizar su conexión personal con la misión. Su papel consiste en crear espacios y oportunidades para esta transformación, respetando al mismo tiempo el itinerario único de cada persona. El éxito suele venir del equilibrio entre los programas estructurados y la flexibilidad para las trayectorias individuales, sin perder de vista el objetivo final: permitir una participación más plena en la misión compartida.


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